jueves, 29 de enero de 2009

Baile de átomos en la urdimbre que compone la materia de la que se hacen los sueños de ovejas electricas de androides paranoides y otras cosas...




Hoy me he levantado algo paradigmático, pragmático, cíclico y esporádico. Vamos que me he pasado el día perdido en paisajes oníricos sin contexto, sentido, ni campo gravitatorio propio. Iba yo navegando por la acera de esta tesitura cuando una idea, un borrón, choco por casualidad con mi lóbulo frontotemporal, y salio revotada hacia las profundidades de mi bulbo raquídeo, donde cobro vida y conciencia de si misma, aprendiendo en el camino a hablar (maldecir, generalmente), bailar claque y utilizar el retrete (unas aguas mayores demasiado tarde).

Esta sinapsis alocada, no era otra que el concepto de "Axioma".



axioma.

1. m. Proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración.
2. m. Mat. Cada uno de los principios fundamentales e indemostrables sobre los que se construye una teoría.



Vivimos rodeados por ellos. Están en todas partes. Observandonos. Acechandonos. Sabemos que están ahí, y ellos saben que lo sabemos, y lo peor: no les importa.



Con esta epifanía, cual Dante, camino de Damasco, comprendí, no solo la importancia de los axiomas, si no que también, de algo aun mas importante, de los falsos axiomas, que están ahí, rodeándonos, observandonos, acechandonos, redundaneandonos. Todo esto ya ha pasado antes y volverá a pasar.



Si los axiomas son como la entropia, que están ahí y no se puede luchar contra ellos, los falsos axiomas son como la morcilla: se repiten.



Todos hemos oído alguna vez algún falso axioma, no solo en la vida diaria, sino en los medios de comunicacion, dichos por celebridades, políticos y exconcursante de Gran Hermano.



Estos falsos axiomas (que desde este punto les llamaremos Falxiomas) son creados con un fin. Difundir cosas contrarias a la verdad, o parciales, o incompletas, o imprecisas, o verborreicamente innecesarias. Para construir un falxioma, solo hay que formular una idea de manera impactante. Contundente. Con una sintaxis tal, que rebatirla sea imposible o perjudicial para el rebatidor.



A veces, para convertir algo en Falxioma vasta con añadirle una coletilla que anule cualquier argumento en su contra. Una coletilla muy útil en estos casos, y muy utilizada por los falsarios faltos de contundencia es la de: "¡Y el que diga que no, miente!"



Los Falxiomas formulados de esta manera son conocidos como Falxiomas menores. Algunos ejemplos de esto, pueden ser:



"Todo hombre es en el fondo un motorraton de Marte, ¡y el que diga que no, miente!"



"La ley de la Gravitacion Universal establece que la fuerza que ejerce un objeto dado con masa m1 sobre otro con masa m2 es directamente proporcional al producto de las masas, e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa, ¡Y el que diga que no, miente!"


Con este planteamiento tan sencillo, la humanidad ha vivido engañada durante siglos y siglos. Pero los realmente curiosos son los Falxiomas mayores, que son aquellos más elaborados, cuya fuerza no reside en ninguna coletilla, sino en la fuerza del que lo repite. Algunos ejemplos de Falxiomas mayores pueden ser :


"Ninguna mujer es Fea por donde mea"


"El voto en blanco es para la mayoría"


"La lucha libre esta amañanda"


"Las estadísticas son datos que se inventa la gente para dar credibilidad a sus opiniones, y esto lo sabe el 85% de la población"



O mi favorito:


"Toda la literatura moderna es una nota a pie de pagina del Fausto... y no tengo ni idea de lo que quiero decir con esto"


Viendo esto he decidido crear mi propio Falxioma, y tal vez alguien lo lea, y se lo repita a alguien, y luego a otro alguien y así hasta que nadie recuerde de donde surgió y la gente, el mundo, lo considere una verdad inmutable:


"Los gafatasta son los proxenetas de la cultura"


Y con esto, esa crisalida que crecía en mi cerebro eclosiono y de su interior salio esto, y ahora, al dar a luz esta paranoia, por fin me siento libre de la presión que generaba en el interior de mi cavidad craneal. Por fin puedo paladear el azul del cielo, acariciar con mis dedos el aroma del mar y disfrutar del día que se acaba, otro día que no era generalmenteviernes y que se acabo hace ya
un par de horas, siendo ya generalmenteviernes, pero si tenemos en cuenta ese detalle, el relato de esta anécdota no queda tan dinámico. Ni paradigmático, ni pragmático, ni cíclico, ni
esporádico, y así era como me levante hoy.


Todo esto ya ha pasado antes y volverá a pasar.


3 comentarios:

  1. madre de dios bendito...tu riqueza de vocabulario es abrumadora, boss, pero tu entresijo mental apunta serlo mucho más!

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  2. Te tiras media hora para escribir toda esa parrafada y ni siquiera te molestas en hacerte dos fotos sino que das la vuelta a la primera??? Si es que eres un vago...

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  3. ¡¡¡¡No es vagancia, es elegancia!!!!! La foto es la misma si, pero esta hecho a posta, todo forma parte de un plan maquiavelico, tan calculado como improvisado, que busca el efecto bucle. :P

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