Es ahora y los dos flotamos ingrávidos. Uno frente al otro. Mis ojos clavados en los suyos. Nuestros dedos, inertes comienzan a separarse, y mientras, todo se apaga. Ya no siento el frió del agua. Ya no oigo ningún ruido. Y mi visión se oscurece, y en ella, solo permanece su silueta cada vez más borrosa, y no pedo evitar pensar, que aunque muera, por lo menos la conocí. Me despido en silencio dando gracias por que ella sea lo último que vea, y su sabor él ultimo que mis labios han probado.
Es hace un minuto y los dos sabemos que se nos acaba el tiempo. El agua ya casi ha inundado todo el salón de baile y en muy poco tiempo llegara el final. El frío nos entumece. Nos miramos a los ojos y nos unimos en un último beso, que sabe como si fuese el primero. En mi interior, maldigo al destino por todos los besos futuros que nos esta robando.
Es hace cinco minutos y ella esta asustada. El agua ya nos llega por la cintura a pesar de la mesa en la que estamos subidos. Empezamos a darnos cuenta de que nadie vendrá a salvarnos, pero ninguno de los dos lo menciona. Sólo nos cogemos de la mano y guardamos silencio. Hay tantas cosas por decir. Creo que nunca he querido tanto a alguien. A ella le tiemblan los labios del frió.
Es hace diez minutos y estamos sentados sobre la mesa para mantenernos secos mientras esperamos a que vengan a sacarnos de aquí. Le cuento todo mi repertorio de chistes malos para mantenerla distraida y que no se preocupe. Ella se ríe. Creo que lo hace para que yo no me preocupe. Tiene una risa preciosa. La abrazo con la excusa de darle calor. Su pelo huele a frutas y a mar. Tengo ganas de besarla.
Es hace 15 minutos y nos sorprendo hablando de nuestra infancia. De los veranos en el pueblo, los paseos en bici, el colegio, el instituto, nuestros padres, el primer amor... nos sorprendo riendo pese a la situación. Fue ella la que empezó a hablar. Supongo que por los nervios. O por el miedo. Y a cada palabra suya me doy cuenta de lo mucho que me gusta, de lo perfecta que es. Tengo suerte de que este aquí, a mi lado. Si no fuese por ella ya me hubiese rendido hace tiempo. Le propongo que nos subamos a la mesa para no mojarnos.
Es hace 20 minutos y nos hemos quedado atrapados en el salón de baile del barco. Llevamos un rato buscando la manera de salir pero todas las salidas están bloqueadas. El agua nos llega por los tobillos. Somos las dos únicas personas que estaban ahí en el momento del "accidente". El agua esta entrando sin parar y ya nos cubre los tobillos. Los dos estamos nerviosos y asustados. Debería decir algo para tranquilizarla, pero no se el que. Alguno de los dos tiene que romper este silencio.
Es hace 22 minutos y se oye un fuerte estruendo. El barco empieza a temblar. Y por un momento el concepto de horizontal y de vertical se confunden.
Es hace 23 minutos y dos desconocidos coinciden en el salón de baile del barco "Ópalo azul" que realiza un crucero por el mar Mediterraneo. Cruzan los ojos en la puerta. Sienten mariposas en el estomago. Se les escapa una sonrisa.
puedo decir sin lugar a dudas, que a pesar de que aqui no hay leonas, ni clarisas, ni caballeros enmascarados que luchan contra brujas enfadadas con el mundo, pero sobre todo, con ellas mismas, esta es la historia mas bonita y a la vez mas triste que he podido leer de ti. y no deberia ser asi pero generalmente los romances tristes nos resultan bonitos porque mas alla de lo dramatico de un hundimiento, quedan intactos: el tiempo no los desgasta, la perfeccion y lo idilico perduran y a mi ya sabes que me gustan las cosas que perduran. en fin... me parece impecable y cruel porque dos personas que se sienten asi no deben separarse nunca. ojala que mas alla de la vida tengan una segunda oportunidad. yo creo que si :)
ResponderEliminarld.
Me alegro de que te haya gustado. Es muy curioso que nos obsesionemos siempre con los principios y los finales hasta el punto en que esa obsesión condiciona ( e incluso a veces no nos deja disfrutar) de lo realmente importante: lo que esta en medio. Al fin y al cabo, lo que esta en medio del principio de todo y del último final es la vida.
ResponderEliminarYa tengo nueva palabra favorita: Ingrávido.
ResponderEliminarMe gusta tu estilo Marco, sigue dándole vida a todas las historias que seguro te surgen en esa cabecita loca.