Saludos chicos y chicas, lectores y lectoras, televidentes y televidentas,miembros y miembras del jurado y seres humanos en general. Hoy voy a escribiros sobre el mayor secreto de la existencia. Aquello que nadie debe saber. Muchas personas han muerto y luchado para conservar esta información en secreto. Bueno, tal vez muerto sea algo exagerado, pero ya me entendéis. ¿He captado vuestra atención? ¿no?... ¿por qué estoy oyendo grillos? Bueno, da igual. Listos o no, allá va: Mi origen secreto.
Corría el año 1983. Era noviembre. El día después del día anterior al tercer día del mes. En algún toca discos sonaban los eléctricos acordes de Vangelis . En otro lugar, lejos de allí, a una anciana le daban mal la vuelta al comprar un cartón de leche. A media ciudad de distancia, un hombre se saltaba un semáforo en rojo. Cotidianidad era la palabra que definía ese día. Nada realmente extraordinario ocurrió. Ni un arcoiris doble. Ni un meteorito impactando sobre la tierra. Ni nada de nada. Nada que eclipsase lo verdaderamente importante. El nacimiento de un niño. Un pequeño niño destinado a cambiar la historia. En aquel momento le pusieron un nombre que ahora no viene al caso. Con el tiempo, elijio otro nombre para si mismo: Ender, y sera ese por el que nos refiramos a él.
El pequeño Ender no era un niño como los demás. Pronto se dio cuenta de que el mundo de los adultos era extraño y paradójico. Que muchas veces estos, tenían complicadas motivaciones para actuar, que luego no se veían reflejados en sus actos. Vio como pululaban a sus anchas juzgandose unos a otros por cosas que ellos mismos hacían. Y que lo que los adultos más odiaban eran su propio reflejo.
El pequeño Ender recibió muchas collejas por poner esto de manifiesto a los adultos.
En el colegio no le fue mejor. Los niños no eran muy tolerantes con el diferente. La ley de la manada mandaba y el mundo era gris. ¿Los adultos y los niños estaban locos?¿ Como ser, estar y parecer ante tanta contradicción?¿ y como es que nadie más era consciente de ello? Ante esta situación, busco consejo en su padre, que ante esto le respondió:
-Hijo, si algún día, algún familiar te pregunta como andas de dinero, si dices que bien, probablemente te pida, pero si dices que mal, es fácil que te de algo, así que tu, di siempre que mal.
Esto le desconcertó aun más.
Sus reflexiones sobre el mundo cada día eran mayores. Y ante ellas las respuestas siempre eran las mismas. Collejas y más collejas. Y ante esta situación, opto por la solución lógica: Decidió Convertirse en Supervillano.
Decidió perpetrar su primer acto de maldad a los 4 años. Era su segundo año en parvulitos y una compañera tenia algo que él quería. Él lo llamaba "dibujador de setas", pero la gente lo llamaba "transportador de ángulos" y no sabia porque. Esta claro que eso solo servía para dibujar setas, y que de ninguna manera eso podría "transportar" algo. Planeo como conseguirlo. Sería a la hora del recreo, cuando el aula se quedase vacía. Se colaría en la clase, y lo sacaría de la mochila de su compañera. Sin testigos. El crimen perfecto. Su primer acto de maldad.
En el recreo se encamino por los pasillos. Se coló en el aula. El corazón se le aceleraba ante la imagen mental de unos pitufos dibujados por su puño con unas setas gigantes de fondo hechas con el "dibuja setas". Todos le dirían: "Oh, que setas más impresionantes". Con ese pensamiento, metió la mano en la mochila y saco el estuche. Lo abrió con cuidado y cojio su botín. El corazón iba a salirse de su pecho. Y en ese momento sintió otra cosa. Pensó en la chica, en lo ilusionada que estaba con el transportador. Pensó en como se sentiría al ver el hueco vacío en el estuche. Se vio a si mismo viviendo eso, y sintió la desilusión que iba a sentir ella. Y se sintió tan mal que no pudo seguir. Lo guardo todo como estaba y se marchó corriendo. ¿ Cómo podría dedicar su vida al mal si no podía cometer ni un simple hurto? El quería hacerlo. ¿Por qué entonces se sentía tan culpable? Y entonces se dio cuenta. El era tan contradictorio como los demás. Como los adultos. Como los otros niños. Como todos los demás. No, como todos los demás no. Él era consciente de ello. Tenia 4 años, y ya era consciente de la verdadera esencia de la realidad, de como funcionaba el mundo. Ahora que conocía la verdad, podría actuar en consecuencia.
FIN DE LA PRIMERA PARTE.
A mí me pasa igual. Si la gente supiera todas las maldades que planeo y que no puedo cumplir...
ResponderEliminarUn día hacemos un intercambio, quizá yo pueda llevar a cabo las de Ender, y Ender las mías. Sin el remordimiento de que son premeditadas quizá no sea tan difícil ganar a la moral.
Ademas, nadie sospecharía del autor y tendríamos coartada.
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